Cuando llegué a Yeguada Farriols por primera vez era una mañana de octubre, bastante soleado. No conocíamos para nada a la familia Farriols, pero habíamos oído hablar de ellos. Mis primeras impresiones fueron: un lugar maravilloso, los caballos estaban tranquilos, había muchos perros, y ¡un cerdo encima del sofá! En ese momento empecé a decidir dónde iba a pasar el mes de julio.
La primera vez que trabajé en libertad fue con la yegua Lavanda. No sabía muy bien cómo hacer los ejercicios, pero cuando empecé, sentí una harmonía entre el caballo y yo que me pusieron la piel de gallina. Con el trabajo en libertad se puede ver también si estamos de buen humor o no en relación al vínculo establecido entre nosotros y el caballo.
La equitación conectada va a servirnos para montar mejor con nuestro caballo, con estos ejercicios el caballo y yo podemos estar bien. Todos los ejercicios que ayudan al caballo me serán útiles en el futuro. Todo esto gracias a Melín y sus buenas explicaciones y todo el tiempo que ella ha pasado con nosotras.